Los
síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson son tenues y se producen
gradualmente. Las personas afectadas pueden sentir temblores leves o tener dificultad
para levantarse de una silla. Pueden notar que hablan muy suavemente o
que su escritura es lenta y parece apretada o pequeña. Pueden perder la pista
de una palabra o un pensamiento, o pueden sentirse cansados, irritables, o
deprimidos sin una razón aparente. Este período muy temprano puede durar largo
tiempo antes de que aparezcan los síntomas más clásicos y obvios.
Los
amigos o familiares pueden ser los primeros en notar cambios en alguien con
enfermedad de Parkinson temprana. Pueden ver que la cara de la persona no tiene
expresión y animación (conocido como "carencia de expresión en la
cara") o que la persona no mueve un brazo o una pierna normalmente.
También pueden notar que la persona parece rígida, instable o inusualmente
lenta.